Llueve en Monterrey

porque llueve, mucho, en monterrey la casa el día y toda ceniza sigue lloviendo aunque no llueva. porque hoy, quizá como antes, algún color no vendría mal en el panorama, a pinceladas o salpicaduras —lo que sea. porque todo —y esto es lo único cierto— se me va de las manos, en benzodiazepinas heridas ascensores televisores destellos efectos colaterales capsulas y mensajes de facebook que jamás remiten pese a la sinceridad, pese al cielo nublado y el corazón expuesto.


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